¿Dónde la podemos encontrar?
La procesionaria (Thaumetopoea pityocampa) es una oruga que eclosiona en los pinos cuando llega la primavera y puede estar presente en parques y jardines, el contacto con ella o su ingesta puede ser un gran problema para la salud de nuestros perros, provocando en algunos casos la muerte. Por lo que hay que tener especial cuidado durante los paseos.
Su aparición es más temprana debido al cambio climático, por lo que suelen estar presentes desde febrero a junio. Se pueden identificar porque tienen una forma muy particular al desplazarse, crean una hilera y van una detrás de otra, como bien dice su nombre, parece una procesión.

La oruga procesionaria esta considerada una plaga en España, por lo que durante la primavera y el verano los agentes forestales se encargan de su control. También pueden aparecer en hogares con jardín, por lo que es importante informar a las autoridades municipales para poder controlar la plaga y evitar problemas con nuestras mascotas.

El peligro de estas orugas reside en la toxicidad de los pelos que cubren sus pequeños cuerpos.
¿Qué síntomas provoca?
Los perros son las victimas más comunes, el contacto puede darse con la hilera de orugas, con algún nido que ha caído al suelo o con los pelillos arrastrados por el viento o que quedan en la tierra. Los síntomas de la oruga procesionaria en perros pueden ser:
- Falta de aire
- Hipersalivación
- Vómitos
- Nerviosismo
- Inflamación lengua y piel
- Irritación
- Ampollas y úlceras
- Rascado excesivo

Estos son los síntomas más habituales pero existen muchas más señales, por lo que si nuestro perro ha estado en contacto con una procesionaria o peor aún, se ha comido una debemos actuar de la siguiente forma:
- ¡No hay que tocarlo con las manos! Será necesario usar guantes y pinzas para retirar la oruga o sus restos.
- Hay que intentar lavar con agua tibia la herida.
- ¡Muy importante! No hay que presionar o frotar la zona afectada, pues podría provocar que los restos de la oruga infectaran más a nuestro perro.
- Acudir de inmediato al veterinario y avisar de forma urgente.
¿Cómo prevenir?
Para evitar en la medida de lo posible que nuestros perros se vean afectados por la oruga procesionaria debemos supervisar de forma regular nuestro entorno, hay que mantenerse alerta durante los paseos, sobre todo en primavera y verano. Sería conveniente evitar las zonas con pinos para minimizar las probabilidades de contacto.
Por favor, seamos responsables, lo más importante es prevenir para garantizar la salud de nuestros mejores amigos.
