Hoy vamos a hablar de una de las fobias más frecuentes en los perros. El miedo a los truenos y los petardos. Lo que ocurre en estas situaciones es que sienten miedo ante un estímulo del que no pueden identificar su procedencia exacta y además, vayan donde vayan, no pueden huir de él y sigue sonando.
Todo esto les hace sufrir verdaderos ataques de pánico que manifiestan con jadeo y temblores, huyen despavoridos, se esconden, se orinan o defecan en casa, destruyen cosas, e incluso en ocasiones pueden mostrar cierta agresividad.
Consejos sobre cómo actuar ante un ataque de pánico:
Debemos intentar que los ruidos lleguen con la mínima intensidad posible. Podemos cerrar ventanas, bajar las persianas y encender la radio o la televisión para disminuir el ruido externo.
Al sentirse asustados, buscan un refugio, necesitan tener acceso a una “zona segura”, donde se pueda esconder. Podemos ayudar a nuestros perros creando nosotros mismos esta zona segura, eligiendo un sitio que el perro ya haya escogido previamente, por ejemplo, debajo de la cama, detrás del sofá o la bañera, o creando una zona nueva, con una caja de cartón grande, un trasportín, una jaula cubierta con mantas, o una habitación aislada.
Es bueno acostumbrar al perro progresivamente a estar allí sin miedo, hacer que sea un sitio confortable, dándole comida en ese lugar, dejando sus juguetes, proporcionándoles caricias, incluso alguna prenda nuestra. En definitiva, hacer en esa zona cosas que le gusten, de manera que cuando quiera estar tranquilo irá allí.
Es importante que cuando se esconda en su zona segura nunca le molestemos o tratemos sacarle de ahí. En estas situaciones, tampoco debemos dejarle en el jardín o patio, expuesto sin cobijo a los petardos o tormentas, ni castigarle por expresar miedo, rascar superficies o porque se quiera esconder en lugares “extraños”.
La mayoría de las veces, cuando vemos a nuestro perro asustado intentamos calmarlo, con caricias o hablándole. Este gesto instintivo, que hacemos con la mejor intención para que nuestro compañero no se sienta indefenso, sin querer, puede llegar a ser contraproducente, sin querer, estamos reforzando ese estado de ansiedad y miedo. Simplemente debemos ser una referencia de calma para él, permaneceremos tranquilos, sin darle más importancia a lo que está sucediendo fuera. De esta manera, hacemos que si nosotros estamos tranquilos, él puede estarlo también, no tiene de qué preocuparse.
Existen en el mercado nutracéuticos y feromonas, que administrados con antelación, ayudan a que nuestro perro esté más calmado en días señalados, disminuyen el estrés y hacen que la recuperación sea más rápida
Con estas medidas le ayudaremos a pasar mejor esos ratos de angustia pero recordad que las fobias pueden llegar a ser un problema serio, empiezan en los primeros años de vida y empeoran año tras año. Muchos perros necesitan medidas adicionales para reducir el miedo y la ansiedad, incluso existen técnicas de desensibilización progresivas para conseguir habituarles a los ruidos que les asustan, por lo que no dudéis en consultar a vuestro veterinario de confianza si creéis que puede ser el caso de vuestra mascota.
Y vosotros ¿tenéis algún otro consejo que nos podáis dar? Siempre nos gusta saber nuevas técnicas para poder tranquilizar a nuestros perros cuando escuchan truenos o petardos o cuando se dan situaciones que les producen ansiedad, pánico, miedo y agobio.